20 Dic Alcanza tus sueños poniéndote objetivos
¿Cómo es tu visión del mundo: colorida o grisácea?
¿Cuántos sueños no cumplidos guardas en el baúl de los recuerdos?
¿Crees que todo aquello que deseas se va a cumplir? ¿O eres de los que creen en la ley de Murphy (“Si algo puede salir mal, saldrá mal”)?
Por la vida andan dos tipos de personas: las que saben dónde van y las que se dejan arrastrar por la corriente. Las primeras son aquellas que confían en si mismas, las que saben los que quieren y tienen claros sus límites. Las otras, las que son arrastradas por la vida muchas veces ni siquiera saben que están ahí. Son influenciables y creen en la mala suerte.
Creo que es mucho mejor formar parte del primer grupo aunque a veces hay que trabajárselo. Muchos no lo llevamos instalado de serie.
¿Qué quiero decir con esto? Pues que si en un momento de nuestra vida nos sentimos víctimas de las circunstancias, podemos revertir la situación. Si, claro, hay que ponerle empeño. Crear hábitos que nos acerquen a ese ideal. Con constancia y confianza. Pero se puede.
Un hábito extraordinario para empoderarnos y ganar confianza en nosotros mismos consiste en ponerse objetivos. Definir claramente lo que quieres y ponerte en acción. Sin acción nada se consigue.
Ya se que me dirás que lo has intentado y que te has puesto objetivos y que nunca se cumplen. Y después aún te sientes más frustrado que al principio. Lo sé, porque me ha pasado y me sigue pasando. Pero …
Lo único que hay que hacer es cambiar el marco de referencia de los “fracasos”. Y persistir.
Tus fracasos no son fracasos, son aprendizajes. Ahora sabes, mejor que antes, qué es lo que no te funciona. ¿Estás de acuerdo?
Por ejemplo, un caso concreto.
Imagina que te pusiste el objetivo de salir a correr todas las mañanas antes de ir a trabajar. Tu marido sale más tarde y se queda con los peques así que estás decidida. Empiezas el lunes. Bien. Llega el lunes y según lo planeado sales a correr. Llegas muerta, levantas a los niños los llevas al cole y te vas a trabajar. Lo sigues haciendo unos días y luego lo vas dejando puntualmente por distintos motivos. Ya sea que hace mucho frío, que estás más cansada de lo normal, etc. Con el paso de las semanas acabas desistiendo. ¿Fracaso? Para nada, es una gran experiencia de la cual puedes aprender mucho.
Podrías preguntarte: ¿Este es el mejor deporte para mí en esta etapa de mi vida? ¿Me gusta salir a correr o lo hago por obligación? ¿Cuál fue el motivo real por el que dejé de hacerlo? ¿Insisto o cambio de objetivo?
El fracaso no existe, solo es una parte del camino.
Analiza lo que no te ha funcionado desde la curiosidad. Y para ello hazte preguntas y déjate sorprender por las respuestas. Esto te va a ayudar a conocerte cada día un poco mejor.
Eliminada la posibilidad de fracaso, ¿puedes percibir ahora el poder que tiene el ponerse objetivos?
¿Quién no quiere cumplir sus sueños?
Y es que todos tenemos sueños y a veces renunciamos antes de luchar por ellos.
A ver, vamos a concretar. ¿Qué es un objetivo?. Pues, los objetivos son aquellas acciones que van a llevarte a cumplir tus sueños.
Por ejemplo, si tu sueño es sentirte llena de energía puedes hacer acciones muy distintas. Podrías decidir hacer ejercicio tres veces por semana o comer verduras en 2 de las comidas diarias. Esto último serian objetivos. Querer sentirse lleno de energía no es un objetivo, es tu sueño.
Incorporar la rutina de establecer unos objetivos y hacerles seguimiento es un hábito que se aprende y que llena de color la vida.
Porque lo que sucede es que te das cuenta qué no estás a merced de las circunstancias. Tomas el control y aprendes a navegar por la vida de un modo distinto.
Porqué, ¿sabes?, los objetivos no son algo fijo. Los objetivos están vivos. Evolucionan contigo. Son cambiantes. Se transforman. Y pueden acabar siendo muy distintos de lo que eran al principio.
La vida es cambio. Por eso tus objetivos se pueden ir modulando. Se trata pues de fluir con la vida. Adaptarse a las circunstancias.
Cuando lo que haces en un instante de tu vida responde a un profundo deseo de tu corazón la satisfacción es total. Lo que haces es lo que eres. No hay culpa. No hay miedo. Surge la felicidad.
La felicidad es ahora, aunque exista la mirada en la meta.
Quiérete y acepta lo que ya eres. Tus cualidades y defectos configuran la persona que eres.
¿Te has fijado que ponerse objetivos parece contrario a aceptar el presente?
Es como decir, deseo algo que no tengo. O algo así como, hasta que no cambie tal cosa no me puedo querer plenamente.
Pero fíjate. Un objetivo es una decisión que puedes llevar al momento presente.
Si te pusiste el objetivo de hacer ejercicio tres días por semana. Lunes, miércoles y viernes. Cuando llegue el próximo lunes simplemente te vas a poner a hacer ejercicio. Porque en ese momento tu objetivo ya es un presente. Haces lo que has decidido y quieres hacer.
Los objetivos son como un empujón que nos lleva hacia donde queremos ir. Es como que nosotros tiramos de nuestra vida en lugar de sentirnos arrastrados por ella.
La vida con objetivos es infinitamente más interesante.
Y tú, ¿qué opinas? Anímate y cuéntanos cual ha sido tu experiencia con los objetivos.
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